sábado, 30 de abril de 2011

Capítulo 3.


Estábamos viendo una película, debían ser las siete de la tarde, cuando se escuchó la puerta grande abrirse. Luz se levantó a mirar por la gran puerta de cristal, que parecía más un ventanal que una puerta. Tenía los brazos cruzados y miraba fijamente, sonrió.
-Es el tío Sam.
Me levanté de golpe, y salí por la puerta. Me quedé quieta, mientras el coche pasaba por delante para aparcar. Fruncí el ceño. Tío Sam conducía, mi hermano iba detrás, pero…
-¿Quién es el bombón?-preguntó Luz asomándose. Sí, algo así me estaba preguntando yo. Había un chico de copiloto, tenía el cabello rizado, y parecía estar hablando con Ángel.
-¿Alguien ha dicho algo de un bombón?-preguntó Eva saliendo también de la casa, Lucas la seguía de cerca, con los ojos en blanco, mirando cómo Luz se inclinaba para ver mejor al chico.
-Debe de ser algún amigo de Sam-comentó Lucas sin darle demasiada importancia.
-El tío Sam no tiene amigos-respondí yo, algo inquieta. Puede ser que verlo en compañía de alguien que no fuéramos ni Ángel ni yo me pareciera demasiado raro. Él nunca se relacionaba, no era como papá o como la tía Sofía. Si no fuera porque se veía, más o menos, obligado a cuidarnos, se pasaría el día entero, incluidos los fines de semana, trabajando. Ese era su mundo.
-Es mono-comentó Eva mirándolo mientras los tres se acercaban. Decidí ir hacia ellos, le di un beso en la mejilla al tío Sam, y a Ángel le di un pequeño empujón cariñoso.
-No habrás entrado a mi dormitorio, ¿no?-le pregunté en un susurro.
-Yo también me alegro de verte-contestó y luego me sacó la lengua. Miré al chico, permanecía callado. El tío Sam se paró, y con una gran sonrisa (pocas veces le he visto tan sonriente) me miró.
-Olivia, él es Gonzalo.
Me acerqué a él, y le di dos besos.
-Encantado-comentó él. Su voz era muy distinta a cómo la había imaginado. Era suave, cálida, e hizo que temblara un poco. Aunque creo que eso último fue por el contacto con él. Luz y el resto, se acercaron a saludar. Tío Sam preguntó por su hermana, pero Luz le dijo que no volvería hasta la noche.
-No nos podemos quedar mucho, Olivia.
-¿Por?-pregunté con tono de disgusto, si actuaba un poco, quizá me dejara quedarme a pasar la noche con Luz. Tío Sam me miró un poco enfadado, aunque intentaba no mostrar su molestia.
-Tengo trabajo-contestó, miró a Gonzalo y rectificó-Bueno, tenemos trabajo, así que deberíamos volver a casa.
Suspiré, algo enfadada con él. Me sentía un poco como una cría malcriada que estaba montando un pequeño escándalo delante de mucha gente. Me resigné, aunque tenía muchas ganas de quedarme con Luz, me moría de ganas por hablar un poco más con Gonzalo. Tenía un puntito misterioso que llamaba mi atención. Quizá por eso, decidí que pasar una noche con Luz podía esperar. Entré en casa y fui a recoger mis cosas, con mi prima detrás.
-¿No te quieres quedar a dormir?-preguntó un poco disgustada, parecía que ella también lo había dado por hecho.
-Sabes que sí, pero ya sabes, prefiero no llevarle la contraria.
-No será por el bombón, ¿no?
Empecé a meter mi pijama en la mochila, sonreí.
-Se llama Gonzalo, tonta.
Luz se empezó a reír a carcajadas, por la puerta apareció Eva.
-¡Qué chico!-comentó sentándose en la cama de mi prima-Está un rato bueno, y tiene una pinta de guardar un secreto…
-Parece que a Eva también le ha gustado, Oli tienes competencia.
-¿Yo?-pregunté como si la cosa no fuese conmigo-Gonzalo no me interesa.
-Estás colorada.
-Eva, cállate.
-¡Pero si tiene razón, Oli!
Suspiré.
-Mira que sois pesadas, ¿eh?
-¿Vas a intentar algo?
.¡Pero qué dices!-contesté como si estuviera diciendo una burrada muy grande-Como mínimo debe llevarme unos… diez años, estáis mal si crees que quiero algo con él.
-Pues entonces me lo quedo yo.
-Lo he visto primero, Eva.
-Tú ya tienes a Lucas, deja algo para las demás.
-¡Hablando de Lucas!-exclamé emocionadísima, cogí a mi prima y la empujé contra su cama para que se sentase. Frunció el ceño, algo enfadada-¡Tienes que hablar con él! ¡Le gustas!
-¿Te lo ha dicho?
Luz intentaba disimular la emoción que estaba sintiendo.
-Lo ha dejado ver.
-Entonces no haré nada, que sea él.
-¿Por qué?
-Eva, es mejor que sea él, ¿y si me rechaza?
-Si el piensa igual, no te dirá nada, tonta.
Puse los ojos en blanco.
-¡Chicas!-las llamé, ellas fijaron sus ojos en mí-Eva tiene razón, si el no se decide, tendrás que atacar tú.
Escuchamos pasos, así que decidí asomarme. Era Lucas que se estaba acercando, le guiñé un ojo.
-Ángel, esto es una conversación privada, vete.
Lucas se quedó quieto en la pared. Entrecerré la puerta. Y me volví hacia mis amigas, sonreí.
-Entonces… ¿qué hago?-preguntó mi prima poniéndose de pie mientras se mordía el labio y andaba un poco por la habitación.
-No esperes, ten la iniciativa tú.
-Estoy con Eva.
-¿Seguras?
Eva y yo nos miramos y asentimos, yo sabía que después de esto, seguramente fuera Lucas el que hiciese algo. Pero eso ni Eva ni Luz se lo imaginaban. Fui la primera en salir de la habitación, para que no descubrieran a Lucas.